Los empresarios están apelando a toda su capacidad de negociación y a otras estrategias para sortear el impacto de la crisis.Con un más duro acceso a las líneas de crédito, las compañías cuidan más su efectivo y están extendiendo el plazo de pago a sus proveedores, de modo que si antes lo hacían en 30 días, ahora lo llevan a 60 días, por ejemplo, comentó el socio de Ernst & Young, Marco Antonio Zaldívar."No es que las empresas tengan un problema de liquidez ahora, pero ciertamente están tomando medidas de precaución ante la posibilidad de que los bancos le cierren algunas líneas de crédito", declaró a Gestión.Lógicamente los proveedores (generalmente empresas pequeñas y medianas) no están felices con esta situación, pero ante la probabilidad de que su mercado se estreche, tienen que aceptar las nuevas condiciones."En todo caso es un tema de negociación. El cliente puede cortar el vínculo con el proveedor si este no le acepta la prórroga. El proveedor, por su parte, debe sopesar si pierde a ese cliente, porque tendría que encontrar otro, y eso no es tan fácil en la actual coyuntura", dijo el experto.
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