El canciller José Antonio García Belaunde no comprende hasta ahora por qué su par chileno, Alejandro Foxley, cambió de postura en el caso del locuaz general Edwin Donayre. ¿Cómo explicar la reacción en Chile?No lo sé. Esa reacción viene después de que ellos dicen que están satisfechos. Tanto el canciller Foxley como la presidenta Bachelet dicen: "Estamos satisfechos’. ¿Qué pasó, entonces? Esa pregunta no la puedo contestar yo.Pero usted sí sostuvo que la reacción de Foxley se debía a presiones internas. ¿Qué fue lo que quiso decir?Me imagino que si el canciller Foxley retoma el tema es porque alguien ha presionado. No sé si los partidos políticos o ciertos sectores. Sabe Dios. No conozco, pero evidentemente ese vuelco en la posición del canciller Foxley se tiene que explicar por presiones, por cálculos que pueda haber hecho. No tengo los elementos, pero para mí es claro que el canciller Foxley dio por zanjado el tema y, de pronto, ya no estaba tan zanjado. Alan García ha dicho que las expresiones de Donayre fueron tan "poco felices" como las exigencias de Foxley. ¿A usted qué le parecieron?No las entendí porque evidentemente al hacer esas exigencias, él estaba asegurando la permanencia del general Donayre. Entonces, si buscaba sacarlo, ¿cómo hacía algo cuya única consecuencia era atornillar al general Donayre los días que le faltaban?(Edición domingo).