El general Edwin Donayre fue ayer relevado del cargo tras cumplirse los dos años que legalmente podía mantenerse al frente de la Comandancia General del Ejército, y pasó al retiro pese a que aún le quedaban tres años para mantenerse en actividad e incluso, tal como estaba voceado, podía ocupar la jefatura del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. En una ceremonia desarrollada en el Pentagonito, la ceremonia de despedida de Donayre precedió al acto de asunción de mando de su sucesor, el general Otto Guibovich, actos que merecieron los aplausos de las tropas y civiles presentes.Entre uno y otro acto, llamó la atención el retiro del ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, quien aparentemente se retiró de la tribuna que compartía con otras autoridades en supuesto rechazo al estilo con el que, ya sea espontáneamente o como parte de un premeditado e informal protocolo de despedida, Donayre fue paseado en hombros por un grupo de militares. (Edición sábado).