El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) efectuó un estudio para conocer estos aspectos subjetivos, cuyos resultados se presentaron en el documento "Calidad de vida: más allá de los hechos", que forma parte de la serie "Desarrollo de las Américas".Una de las conclusiones fue que los ciudadanos de países con mayor crecimiento económico están a menudo menos satisfechos con sus condiciones de salud, vivienda y empleo, y con los servicios educativos proporcionados por sus gobiernos. En tanto que, en contraposición, la mayoría de países con un rendimiento económico bajo se encuentran más satisfechos.El fuerte crecimiento económico entre el 2001 y el 2006, llevó a que el Producto Bruto Interno (PBI) per cápita creciera 3.5%, en promedio; aumento solo superado en América Latina y el Caribe por Trinidad y Tobago y por Ecuador. No obstante, al evaluar la satisfacción de vida de la población, medida en una escala de 1 a 10, el Perú obtiene 5.3, siendo superado por catorce países con menor ritmo de crecimiento."En términos generales, los latinoamericanos están satisfechos con sus vidas, pero curiosamente, las personas que viven en algunos de los países más pobres son las más optimistas, mientras que los ciudadanos de países mas desarrollados se encuentran entre los más pesimistas", dijo Luis Alberto Moreno, presidente del BID.El informe revela que la insatisfacción en los países que muestran un rápido crecimiento es resultado del acelerado aumento de las expectativas de consumo material y de la competencia por estatus económico y social.Entonces, según los resultados del informe, el Perú se encontraría en la paradoja del crecimiento infeliz.Advierte el BID en este documento, que la paradoja del crecimiento infeliz es una amenaza contra las políticas que promueven la eficiencia ya que para mitigar temporalmente el descontento pueden resultar efectivas algunas medidas que perjudican a empresas o individuos exitosos económicamente que sirven de referentes a los grupos descontentos.
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