HAY QUE PRESERVAR EL EMPLEO
13 de noviembre de 2008

El Ministerio de Trabajo ha anunciado que su sector estará implementando una serie de medidas que eviten los despidos injustos de los trabajadores, así como agilizar los mecanismos para los ceses colectivos que así lo ameriten. Ha señalado además que en el contexto actual, es necesario mantener la legislación laboral respecto a los contratos a plazo fijo a los que están sujetos los trabajadores de las empresas de exportación no tradicional.Si bien los contratos de exportación no tradicional permiten una mayor flexibilidad a las empresas para actuar de acuerdo a la demanda del mercado exportador, ello no puede ser óbice para que las empresas procedan a despedir injustamente, más allá de las motivaciones del mercado. Sin embargo, tampoco se debe soslayar que un mercado así de fluctuante, como se prevé que podría ocurrir, debe permitir la rotación necesaria a fin de no socavar la subsistencia de la misma empresa.Respecto a los llamados ceses colectivos, estos están referidos a empresas que cuentan con trabajadores con contrato indefinido (estables). En este caso, la ley establece que se debe recabar la autorización de la autoridad de trabajo, si se tiene la necesidad de reducir la nómina de su personal. Es pertinente lo que afirma el ministro del sector, al reconocer que se debe agilizar el mecanismo de autorización de los ceses colectivos, porque la experiencia ha demostrado que este mecanismo suele tomar demasiado tiempo, lo que puede causar un efecto irremediable en la empresa y los propios trabajadores.En todo caso, consideramos válida la preocupación del Gobierno en evitar despidos injustos, bajo el pretexto de la crisis financiera internacional, pero tampoco hay que irse al otro extremo de volver más rígida la legislación laboral. Tampoco es conveniente poner en debate en el Congreso una nueva Ley General del Trabajo.Como quiera que se debe evitar a toda costa la pérdida de empleos, tal como hemos manifestado en el transcurso de la semana, se hace necesario que se dé a conocer, en un plazo prudencial, en qué consisten los planes de contingencia para enfrentar la crisis. Más aún, cuando los indicadores económicos mundiales arrojan cifras rojas que nos ponen en alerta.

  • [Gestión,Pág. 30]
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