Rechazamos tajantemente, en todos sus extremos, la interesada y manipulatoria propuesta del ex candidato Ollanta Humala de declarar la vacancia presidencial y adelantar elecciones, bajo diversos pretextos.Iniciativas tan absurdas e irresponsables como estas no solo revelan poco respeto por la democracia, sino que parecen más bien globos de ensayo que se lanzan únicamente para medir su eventual peso electoral en el actual escenario político. Todo ello sin importarle el grave daño que se inflige a la estabilidad política nacional, la gobernabilidad democrática y la posición de liderazgo regional que hoy tiene nuestro país.Al ex candidato Humala hay que recordarle que el sistema democrático tiene como principios básicos el voto universal y el equilibrio de poderes, pero también la alternancia, que establece un mandato presidencial de cinco años. El mismo sistema incluye una serie de procedimientos y mecanismos constitucionales o de participación popular que deberían activarse, solo por excepción, si hay razones suficientes para declarar una eventual vacancia. Y este no parece ser el caso hoy, a pesar de la baja aprobación presidencial que es una fotografía del momento político.En el fondo, como puede verse, hay una cuestión de principio y coherencia democrática, que es lo que defendemos. Lo mismo señalamos hace varios años, cuando se puso en serio cuestionamiento la permanencia en la jefatura del Estado del doctor Alejandro Toledo, en medio de una grave crisis política: el presidente es elegido por votación popular para gobernar cinco años, ni un día más ni un día menos.Eso no implica, de ninguna manera, que dejemos de fiscalizar su gestión ni de exigirle permanentemente, en nombre de la ciudadanía, firmeza, sindéresis y voluntad para asumir las decisiones que devuelvan orden, confianza y futuro a toda la nación.Como bien lo ha dicho el presidente Alan García, hay que rechazar frontalmente a quienes pretenden imponer una agenda de desorden y desestabilización: "Los que creen que hoy día se acaba todo... en el fondo solamente están diciéndonos quisiera estar en el poder desde hoy". (Eso) es demasiado evidente, demasiado pueril, demasiado infantil, demasiado tonto. Aquí estamos los que creemos en el Perú y en su destino", ha afirmado de modo contundente.Detrás de todo habría una escopeta de dos cañones, esta vez del humalismo: Por un lado, algunos de sus miembros presiden la comisión congresal que investiga legalmente el escándalo de los "petroaudios", pero por otro lado su líder, en un rapto de desesperación e irresponsabilidad, pretende manipular mecanismos democráticos para socavar precisamente la gobernabilidad democrática.Esto es mucho más grave hoy, cuando el Perú se apresta a recibir a decenas de mandatarios extranjeros en la cumbre mundial del APEC. En tan delicado escenario, la extrema iniciativa de Humala no parece ser una simple coincidencia sino un artero cálculo político, del que no podemos sustraer las asonadas violentistas en el sur, promovidas precisamente por grupos radicales izquierdistas y seudonacionalistas, lo que debe investigarse y sancionarse con toda la fuerza de la ley.