El presidente electo de Estados Unidos promete un audaz plan energético para desarrollar tecnología verde, reducir las importaciones de petróleo de naciones poco amistosas y gravar más a las ganancias de las compañías petroleras. Obama ha mostrado su disposición de implementar un impuesto de cinco años a las ganancias extraordinarias de las grandes petroleras. Lo recaudado por el impuesto pagaría una deducción fiscal de 1,000 dólares para familias de bajos y medios ingresos para ayudarlas a lidiar con los crecientes precios de la energía. Incluso la baja de los precios del petróleo no afectará al plan de Obama de un impuesto a las ganancias extraordinarias. "Aumentar impuestos a las compañías petroleras es siempre popular sin importar cómo estén los precios. Pero otra vez, los impuestos a ganancias imprevistas son más populares durante los períodos de alzas, así que el capital político asociado con el impuesto baja con el precio", sostuvo Jerry Taylor, experto de energía del Cato Institute.