LA INERCIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
4 de noviembre de 2008

Los partidos políticos peruanos tienen que desperezarse y salir de ese imperturbable receso en que se hallan sumidos por voluntad propia, para cumplir la función de representación e intermediación política que constitucionalmente la nación les ha conferido. La inercia en que han caído las agrupaciones partidarias no es reciente, pero últimamente se ha percibido con total nitidez a propósito de los conflictos sociales desatados en varios puntos del país que, precisamente, no han tenido como protagonistas a los partidos, sino a los llamados frentes regionales.No estamos ante poca cosa. Esos movimientos no solo se atribuyen la vocería de sus diferentes colectividades regionales, sino que se reconocen como los nuevos grupos de poder, aunque no transparenten objetivos ni metas. En el mejor de los casos, siguen el ejemplo de aquellos pequeños grupos que solo nacen con fines electorales, pero que mueren irremediablemente después de los comicios. En el peor de los casos, surgen para subvertir el orden público, protagonizar y alentar disturbios, para luego desaparecer dejando tras sí un clima de inestabilidad política y enormes pérdidas incluso mortales.Sin duda, dentro de este confuso panorama, también existen aquellos frentes que sí son verdaderos representantes y voceros de la sociedad civil. No obstante, los partidos no pueden seguir ajenos a los radicalismos de diverso cuño, ni a los caudillismos y "outsiders" regionales, aunque para eso deben resolver primero los graves vacíos ideológicos que subsumen a sus organizaciones, y que debieron solucionarse después del proceso de desinstitucionalización oprobiosa provocada por el fujimorato.Hoy basta ver la calidad del debate que predomina en el Congreso para percatarse de la falta de actualización ideológica y de "aggiornamiento" de las diferentes bancadas. En su lugar, el país es testigo de acuerdos bajo la mesa o de comisiones investigadoras en las que muchas veces no predomina precisamente la investigación previa y documentada.