CONFIANZA EN REACTIVACIÓN ECONÓMICA Y SIN LOBBIES
2 de noviembre de 2008

Al clausurar la edición 46 de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) el presidente Alan García finalmente asumió el liderazgo esperado en la crítica coyuntura internacional y lanzó una firme invocación a los empresarios a mantener la confianza y serenidad para continuar invirtiendo en el país.Así, garantizó que el Perú crecerá más del 6,5 % el próximo año, lo que es un cálculo ciertamente optimista cuya concreción demanda que el propio Gobierno mantenga la estabilidad política y social, así como reglas de juego claras para los agentes económicos.En consonancia con ello, debemos destacar el rechazo presidencial a quienes fungen de lobbistas para obtener contratos con el Estado. "Ninguna empresa --ha dicho-- necesita de intermediarios para tratar con el Gobierno", lo que es una declaración fundamental que tiene que ser complementada con la pronta captura y sanción de los involucrados en el Caso Quimper-León Alegría, así como con leyes más severas contra estos actos de corrupción.Resulta alentador también que en la CADE, a diferencia de los días previos en que se daban mensajes disímiles, los principales voceros del Gobierno hayan unificado su posición en torno a temas sumamente importantes, como la capacidad de gasto del Estado. Tanto el primer mandatario, como el jefe del Gabinete, Yehude Simon, y el titular de Economía, Luis Valdivieso, han coincidido en que se mantendrá el monto de inversión del Estado e incluso en que es posible aumentar el presupuesto si la economía se desacelera.Es una opción no exenta de riesgos que requiere no solo mantener las líneas maestras del programa económico, sino también un permanente monitoreo técnico de las fluctuaciones de los principales indicadores económicos que puedan ser afectados por la eventual recesión global.En verdad, los empresarios peruanos conocen muy bien de la fortaleza de nuestra economía. Así lo han comprobado reiteradamente con el dinamismo y la rentabilidad que les han traído ingentes beneficios en los últimos años, y que ahora permiten tener un buen respaldo para soportar los posibles embates del entorno global. Y si de acreditaciones internacionales se trata, organismos supranacionales como el Banco Mundial --además de las principales empresas calificadoras de riesgo-- han confirmado que el Perú y Panamá son los países mejor posicionados en la crítica coyuntura actual.En suma, a pesar de las preocupantes variaciones bursátiles de los últimos días que exigen atención especial, el suelo está relativamente parejo para la economía peruana, con banca sólida, morosidad mínima y amplia capacidad exportadora, lo que es alentador. El presidente García incluso va más allá y enfatiza que se promueva el ingreso a nuestro país de capitales extranjeros, pero lo más importante es conservar la confianza y la calma para no perder el ritmo de la inversión productiva. Y si el Estado quiere y debe invertir pues debe hacerlo principalmente en infraestructura vial y portuaria, lo que definitivamente contribuirá a mejorar la competitividad de nuestros productos de exportación.Confianza, estabilidad y reglas claras son, entonces, las claves de la reactivación económica y, por extensión, de la lucha contra la pobreza. Sobre ese trípode el Gobierno tiene que seguir trabajando para captar inversión limpia y productiva, lo que implica desterrar aquellos lobbies oscuros e informales que causan terrible daño a la imagen del país y a la llegada de nuevos inversionistas. (Edición domingo).