En una nueva medida para evitar que la economía norteamericana entre en recesión, la Reserva Federal (FED) ha tenido nuevamente que recortar su tasa de interés en medio punto porcentual, para llevarla al 1%. La rebaja busca contrarrestar el impacto de la crisis financiera en la economía real, aunque ya parece tarde para ello. Ayer se conoció que la economía estadounidense se contrajo 0.3% en el tercer trimestre, ingresando en un ciclo recesivo que arrastrará, en mayor y menor medida, a toda la economía mundial. La interrogante es, ahora, si habrá o no recesión mundial y, de ser así, qué tan larga puede ser. La crisis financiera ha generado una ola de despidos, llevando a un alto nivel de desempleo en EE.UU., además de desplomar la confianza de los consumidores, quienes han reducido sus gastos. Situación similar ha sucedido con las empresas, las cuales han suspendido o postergado sus proyectos de inversión, al temer una menor demanda o ante la escasez de créditos y elevadas tasas de interés.
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