Próximo a cumplir 90 años, el refrán "Más sabe el diablo por viejo que por diablo" le cae a pelo al experimentado líder político, Luis Bedoya Reyes. Aconseja al presidente Alan García dejar el autoelogio. Cree que la designación de Yehude Simon es un acierto.Qué impresión tiene del nombramiento de Yehude Simon como primer ministro?Me parece que sin darse cuenta el presidente García la acertó. Dentro de tres semanas viene la cumbre del APEC, la reunión de las personalidades más importantes del mundo y García tenía el problema con las regiones y sus presidentes, el de la protesta antisistema, pero fundamentalmente de los sindicatos y los reclamos. Esto le originaba una situación impredecible. Uno de los pocos hombres que puede dialogar con los sectores que protestan es, precisamente, Yehude Simon. Y está demostrándolo, acaba de resolver, mal que bien, el problema con los médicos. Ha enfrentado el problema de los presidentes regionales por su proximidad con ellos...¿Los ha acercado al Gobierno?Sí. Probablemente por amistad y cercanía no le harían la vida imposible a Simon, lo que sí estarían dispuestos a hacérselo a García. Ha sido un "chiripazo" que le da tranquilidad. Tanto así que los errores iniciales de Simon no han traído consecuencias. Nadie estudia en la universidad para ser primer ministro. Él es un hombre honesto y transparente y por ello francote, directo, sin intermedios y sin modulaciones. Emite pronunciamientos con precipitación. Seguramente le falta el asesoramiento imprescindible de gente experimentada que le diga: Es bueno hablar la verdad, pero no es necesario decirla todos los días, a toda hora y en cada caso.(Edición domingo).
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