La juramentación del Gabinete Ministerial que preside Yehude Simon Munaro pone fin a largos días de incertidumbre y crisis política y, además, abre una segunda etapa del gobierno aprista.En la gestión del nuevo primer ministro influirán, sin duda, desde su trayectoria como dirigente de izquierda en sus orígenes, hasta su actual predicamento humanista y conciliador. Respecto de lo primero, se conoce su pasado como activista de izquierda radical, pero también la forma injusta como fue tratado en la cárcel durante la dictadura fujimontesinista, para luego ser amnistiado durante el gobierno transitorio de Paniagua. Sin duda, una interesante pero trágica experiencia que le sirvió para afirmar la primacía del interés nacional y la gobernabilidad democrática, por encima de las pasiones y los intereses subalternos de algunos grupos.En cuanto a su posición actual, es indiscutible que si bien Simon se mantiene en una postura de centroizquierda, ya ha dado muestras de una gestión responsable, descentralizadora y promotora de la inversión privada, sin dejar de lado el compromiso social que debe tener todo gobierno democrático.Justo es destacar, entre tanto, la composición del nuevo Gabinete en el cual siguen primando los ministros independientes, atendiendo un clamor nacional; y no porque se deba prescindir del concurso de los apristas, sino porque los equipos de gobierno plurales son mejor aceptados en situaciones de tensión política como la presente. Ojalá, entonces, que la colaboración ofrecida por el Apra se haga realidad.En lo que toca a la nueva agenda, el presidente García ha sido preciso en el encargo dado al Gabinete Simon: luchar contra la corrupción enquistada en el aparato estatal; fortalecer la posición peruana ante la terrible crisis financiera internacional; y, redoblar esfuerzos para seguir reduciendo los dramáticos niveles de pobreza.Eso se avizora como algo muy factible porque la permanencia de diez ministros que vienen de la gestión anterior debería permitir la continuidad de políticas adecuadas en áreas vitales como la apertura comercial y el fomento de más TLC y el mantenimiento del modelo económico en la crítica coyuntura mundial.Es de esperar, sin embargo, que sectores bien gestionados pero con pocos recursos como Educación y Defensa se fortalezcan presupuestalmente para continuar reformas cruciales que no pueden esperar más. En cuanto a Salud, la reestructuración sectorial es urgente. Adicionalmente, Simon deberá rediseñar estrategias en áreas críticas como la seguridad ciudadana y la prevención de conflictos sociales. Para ello Interior deberá sumar esfuerzos con otros sectores y promover más mesas de diálogo con mayor participación de la sociedad civil.En cuanto a la lucha anticorrupción, tras la abrupta caída del Gabinete Del Castillo son exigibles estrategias y medidas urgentes que permitan devolver la confianza del país no solo en el gobierno, sino en el sistema político en sí mismo. Por lo demás debe seguirse trabajando para que nuestro país reciba en las mejores condiciones a los líderes del APEC.Como se ve, pues, en el partidor es justo respaldar los propósitos del Gabinete Simon. Pero, claro, en cumplimiento del rol medular de fiscalización de la prensa, estaremos atentos para observar cómo se cumplen los objetivos tan alentadoramente planteados.