Presionado por el escándalo de corrupción que sacude nuevamente a su gobierno, el presidente Alan García le informó ayer al país, desde el Cusco y desde Arequipa, que le había aceptado la renuncia al ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, y que nombrará un nuevo titular en esa cartera. Luego de calificar a Valdivia como "un gran aprista, limpio, honorable", que dejó en claro que no tiene nada que ver "con esa cochinada", el mandatario señaló que, "en el Gobierno, lo que se quiere es dar un mensaje inmediato y cauterizar a todos aquellos que quieren corromper y volver putrefacto al Estado".A gritos, García trató de marcar distancia con sus "hasta ayer" compañeros de partido Rómulo León Alegría y Alberto Quimper, a quienes definió como "dos ratas que se confabulan para hacer un negocio"."Lo que queremos es que todos ellos vayan a la cárcel, que la ley caiga sobre ellos sin ninguna contemplación", sostuvo el jefe del Estado.