Los rezagos de Sendero Luminoso había ejecutado un crimen selectivo en el Huallaga y se habló de un rebrote terrorista, poco antes de la realización de un llamado paro cocalero.En realidad, la muerte de los valerosos policías era la punta del iceberg de un problema mayor.Esta vez los otrora seguidores del 'Gonzalo' habían dejado de lado sus trasnochadas tesis del marxismo, maoísmo, leninismo y pensamiento guía. Habían actuado como sicarios al servicio del mejor postor: en este caso de los contrabandistas de combustible o 'timberos', llamados así por guardar la gasolina en depósitos o 'timbos'.Según la policía, el Comité Regional Huallaga, que abasteció de dinero a Sendero Luminoso con los cobros que hacía a los narcotraficantes, había sido contratado por inescrupulosos comerciantes para evitar que la Policía de Carreteras les siguiera decomisando combustible. Los vendedores eran ex senderistas o arrepentidos sin trabajo o también chacareros o moradores de dicha zona.(Edición sábado).