Después de evitar todo contacto con la prensa por más de tres semanas, tiempo en el que guardó un silencio que no lo ayudó mucho a remontar en las encuestas, el presidente Alan García volvió a tocar ayer temas de coyuntura y a mostrarse más campechano y menos soberbio y confrontacional pero, al mismo tiempo, claro y enérgico.Durante su encuentro con los periodistas, el jefe de Estado evitó darle una respuesta directa a la lideresa del PPC, Lourdes Flores, "para no entrar en polémicas", pero sí lo hizo con las comunidades nativas que ya lograron la derogatoria de los decretos legislativos 1015 y 1073 y exigen la derogatoria de otros nueve."Nunca hay que caer en excesos generalizados ni chantajear al país de esa manera. No puede decirse: Esta laguna es mía (...), cada árbol que existe en el Perú es mío, de mi familia(...) ni decir: Tomo la carretera o quemo los ómnibus si no me dan lo que quiero", comentó.Y les advirtió de inmediato: "El otro deber del gobierno y de la democracia es hacer respetar las instituciones, la paz y la seguridad en la que deben vivir los ciudadanos. Todos deben ser muy conscientes de sus limitaciones en cuanto a los reclamos, para jamás caer en la amenaza y el chantaje".