Las rondas campesinas del país, guardianas del orden en las comunidades andinas y acérrimas enemigas de los ladrones, están siendo convocadas por algunos de sus dirigentes a tener una participación política activa que involucra una preocupante postura radical. Ello se evidenció el martes de la semana pasada en la provincia de Huancabamba, situada en los andes de Piura, durante una reunión de dirigentes ronderos que celebraron que hace un año una consulta popular no legitimada dijo no a la minería. En dicho encuentro, Juan Alfonso Huayama, presidente de la Central Provincial de Rondas Campesinas, lanzó un discurso que propone un nuevo rol para las rondas campesinas, que tradicionalmente han combatido el abigeato, aunque últimamente han participado en algunos conflictos activos, como el rechazo a la minera Majaz, en Huancabamba, y la protesta por la muerte de un trabajador en la provincia de Sánchez Carrión (La Libertad). "Los ronderos debemos dejar de perseguir solo a los que roban las ovejitas para enfrentar a quienes quieren vender nuestros recursos naturales", sostuvo Huayama. Según el dirigente, otros líderes de rondas de diferentes partes del país están coordinando acciones conjuntas para llevar a cabo una huelga indefinida.