Las dos últimas rondas de negociaciones entre representantes del Perú y China para alcanzar un tratado de libre comercio entre ambos países no han sido nada sencillas. Eso lo sabe bien el presidente Alan García, quien envió una carta a su similar de China, Hu Jintao, para intentar destrabar el acuerdo. Incluso el interés de García por concretarlo salió a flote ayer, en Sao Paulo, cuando afirmó ante los empresarios brasileños que dicho TLC se firmaría en noviembre.Queda claro que García busca que el equipo negociador chino flexibilice su posición, acepte incluir nuestros productos estrella de agroexportación (uva y espárragos) en su oferta de reducción arancelaria y no ponga reparos al acuerdo de cooperación aduanera; temas que entramparon el diálogo. El Perú ya cumplió con su parte y aceptó reducir los aranceles a algunos productos textiles que inicialmente fueron excluidos del acuerdo por ser considerados sensibles a la competencia con sus similares peruanos. Son los "peros" que los chinos han puesto al convenio de cooperación aduanera (que permitiría intercambiar información entre las aduanas de ambos países) lo que causa más preocupación en la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), que considera que sin esta herramienta los productos sensibles, como calzado, textiles y juguetes, quedarán desprotegidos.