LOS COSTOS DEL SABOTAJE
21 de marzo de 2005

Para terminar con la saga iniciada el lunes pasado, quiero compartir con ustedes algunas cifras que complementan el rollo político-ideológico contra el saboteador, para que no se piense que es "puro floro ultraliberal fujimontesinista" del suscrito (que dicho sea de paso es el contrargumento más torpe y facilista que a uno se le endilga cuando se habla o escribe sobre estas cosas), sino hechos concretos, cifras reales, sobre el daño que la lógica redistributiva de la pobreza le inflige al país.El saboteador fue un animoso opositor al proyecto de Camisea desde los 80. La semana pasada, mientras Toledo intentaba infructuosamente encender una cocina alimentada por gas natural, me puse a "echar pluma" sobre cuánta más plata nos ha hecho gastar a los peruanos en general (a los que tenemos una cocina a gas propano o eléctrica en nuestras casas, no a los empresarios, por si acaso, ni a las compañías que consumen energía eléctrica o petróleo; allí el daño es mucho mayor, por cierto), al no tener el proyecto Camisea funcionando hace 15 años, por obra y gracias de nuestro amigo revolucionario y compañía.En el Perú somos 25 millones de peruanos o unas 5 millones de familias (de 5 miembros c/u) o, si usted quiere, 1.25 millones de familias consumidoras de gas (estamos hablando del 25% más rico). Si se consumen 18 balones de gas al año por familia y si ahorran 18 soles por balón (como dice Toledo), el ahorro anual es de 405 millones de soles o 126 millones de dólares por año. Ahora, para no ponernos tremendistas, vamos a suponer que el gas sólo se haya retrasado tres años en llegar a Lima (por cierto que es mucho más tiempo); sólo este sabotaje de nuestro amigo ya nos costó a las familias casi 380 millones de dólares, sin computar los intereses corridos por lo que pagamos y no debimos pagar.El saboteador quiere que a como dé lugar se ponga en vigencia la Ley de Regalías Mineras. El gobierno ha estimado que en su primer año de vigencia, por este concepto se recaudarían 32 millones de dólares a ser distribuidos en las zonas de operación minera. Pero si las regalías cobran vida, concesiones como Michiquillay y La Granja en el norte del país quedarían frustadas, así como las ampliaciones que se tienen previstas para Cerro Verde. ¿Saben cuánto es el monto de inversión que el país podría dejar de obtener por la labor del saboteador sólo en estos tres proyectos? 2,850 millones de dólares.Pero hay otro gran contrasentido del cual el saboteador no dice nada. Este año, por concepto de canon minero generado durante el 2004, se van a distribuir a las regiones 900 millones de soles. Es decir, nueve veces más que los menos de 100 millones que las mismas regiones obtendrían por regalías. Pregunta al saboteador y sus amigos: ¿tiene lógica poner regalías?El saboteador se opone al TLC porque dice que afectará tremendamente a sectores empobrecidos como el agro. Según un reciente estudio del economista Bruno Seminario, se ha proyectado que en los primeros seis meses de entrada en vigencia del TLC se crearían aproximadamente 18,000 empleos directos netos, y cerca de 35 mil indirectos. Dependiendo del clima de inversión que se genere en torno al acuerdo comercial, se ha estimado que en los tres primeros años de vigencia del TLC podrían generarse hasta 200 mil puestos de trabajo directos.Ultimo datito. ¿Saben cuánto nos cuesta al año un congresista "X" dedicado a las labores de sabotaje (en realidad todos) para mantener y alimentar a su clientela electoral? Aproximadamente 10 mil dólares mensuales, multiplicados por sus 16 sueldos, 160 mil dólares anuales. Ah, por supuesto limpios de impuestos, sin considerar otros gastos, como asesores, celulares, etc. Es decir, mantener a un saboteador en el Congreso por cinco años nos cuesta a los contribuyentes 800 mil dólares. Es bastante más, pero lo dejo ahí.Sume, reste y saque sus conclusiones para las elecciones del 2006, señala el periodista Mario Saldaña, en su columna "Lunes de licencia".