Fue en Cajamarca en donde el último monarca inca sorprendió al mundo del siglo XVI al ofrecer por su libertad un cuarto lleno de oro y dos habitaciones repletas de plata. La historia ahora nos regala a una nueva generación de joyeros de esos metales preciosos.No se equivocan los viejos artesanos de Cajamarca cuando dicen que los alumnos de la escuela Koriwasi son los "joyeros de exportación", pues esos 63 jóvenes que allí se forman, a pesar de no haber culminado sus estudios, ya tienen ofertas de trabajo del extranjero.¿Qué hace a estos jóvenes tan cotizados en el selecto mercado laboral de la joyería? Aunque usted no lo crea, estos estudiantes cuentan con una preparación de primer nivel y tienen a su alcance tecnología de punta que los convierte en los más privilegiados en cuanto a formación se refiere.Ana Araujo Morales, coordinadora de la Asociación Los Andes que regenta el Centro de Innovación Tecnológica de Joyería Koriwasi, dice que Cajamarca tiene una imagen asociada al oro que data de la época preínca con los orfebres y joyeros de Kunturwasi, hace 2.500 años. Esta tradición renace con las operaciones de Yanacocha, la segunda mina de oro más grande el mundo. Es esta empresa la que decide formar dicha asociación. Es en el año 2003 que se comienza a equipar Koriwasi con el objeto de generar, fortalecer y recuperar capacidades creativas entre la juventud local para impulsar una actividad económica en la cual la población cajamarquina pueda tener alternativas de empleo; además de dar un valor agregado humano a la producción del oro y la plata.