La crisis de imagen pública que hoy en día afronta el Congreso de la República empezó a tener una salida. Ayer, el presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén, planteó a sus colegas de ese poder del Estado dos propuestas de fondo para mejorar la relación entre el ciudadano y sus representantes: la renovación por mitades del Parlamento cada dos años y medio y aligerar el trámite procesal cada vez que un legislador es requerido por la justicia por la comisión de un delito común.La primera iniciativa importa una enmienda constitucional y requerirá el consenso multipartidario de más de 81 votos en dos legislaturas consecutivas para que empiece a regir desde el 2011, en tanto que la segunda proposición consiste en una reforma del Reglamento Interno del Parlamento para que rija el principio del silencio administrativo positivo cada vez que se solicite el levantamiento de la inmunidad de un congresista.