Son quienes viven el difícil día a día de los miles de nativos de las siete regiones amazónicas de Perú. Por eso ayer, a través de un comunicado, expresaron su respaldo a los "justos reclamos de los pueblos indígenas a participar en las decisiones que a ellos se refieren".Los obispos de los vicariatos apostólicos de la selva lo tienen claro. En los territorios de la sociedad panamazónica -observan- se está intensificando la lucha por la ocupación del territorio y el uso indiscriminado de los recursos naturales, lo cual -desde su punto de vista- pone en grave riesgo la vida de millones de personas y el hábitat de los campesinos nativos.Por eso los sacerdotes reclaman "la importancia de promover espacios de diálogo entre el Estado y los pueblos indígenas", saludan al Congreso por haber atendido sus pedidos, y expresaron su deseo de que dicho diálogo se oriente hacia "un desarrollo con rostro humano".