El crecimiento del país y las limitaciones de recursos para la generación eléctrica -principalmente en el transporte del gas natural a las térmicas en Chilca- obligaron al Gobierno a establecer nuevos acuerdos para las inversiones en el ducto. En las últimas semanas, hemos revivido con apagones algo que parecía haber quedado en el olvido. Pero, con las ampliaciones del gasoducto de TGP, cuyo tramo en concesión termina en Lurín (en el City Gate), el problema que surge es otro. ¿Qué pasará con los ductos para la distribución de gas natural en Lima Metropolitana, desde donde se abastecen dos termoeléctricas, Ventanilla y Santa Rosa? ¿A las industrias les llegará el gas natural que requieren? ¿Será posible seguir expandiendo el consumo del gas natural a más estaciones de GNV y viviendas?En una rápida respuesta, el gerente general de Cálidda, Ernesto Córdova, nos comenta que "la capacidad del ducto de gas natural que se distribuye en Lima Metropolitana ya está llegando a su límite".Entonces, ¿por qué no empezar con la ampliación del gasoducto de distribución que tiene Cálidda?El gerente comercial de Cálidda, Miguel Maal, explica que su representada ya cumplió con las inversiones que se establecen en el contrato ‘boot’, que firmó con el Estado hasta el año 2016, y esperan una ‘señal clara’ del Gobierno para seguir invirtiendo.