El presidente Alejandro Toledo no pudo hacer nada para mantener en pie sus propias declaraciones. Si la noche del domingo declaraba confiado ante las cámaras de Panorama que para él estaba "zanjado" el tema de la falsificación de firmas en PP, el lunes ya daba muestras de querer rectificarse cuando se reunió con el titular del Congreso, Ántero Flores-Aráoz.Con esto, el mandatario dejó sin piso al premier Carlos Ferrero, principal defensor de la tesis de que no haya reunión y menos que quede registro alguno del encuentro entre la comisión Villanueva y el jefe del Estado.Ferrero no sólo había rechazado la posibilidad de que se grabe la reunión, sino que también desestimó el levantamiento de un acta al término de la cita.Cuando Flores-Aráoz se reunió con Toledo el jueves en la noche, cita en la cual participaron Ferrero y Fernando Olivera, el mandatario ratificó su negativa de que se grabe el encuentro. Sin embargo dejó abierta la posibilidad de que se realice un registro sobre lo tratado, el cual será suscrito por el jefe del Estado y los miembros de la comisión. De este modo, Ántero empezó a gestar la solución de una crisis que se veía venir entre el Ejecutivo y el Congreso.
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