Este jueves el Congreso interpelará a la ministra de Transportes, Verónica Zavala, por los accidentes viales ocurridos en nuestro país. Será la quinta vez que se interpele a un ministro en este gobierno. Del Castillo, Vallejos, Alva Castro y Valdivia han ido a responder distintos pliegos interpelatorios. Lo curioso es que la ministra será interpelada por hacer que la seguridad vial sea una prioridad en su ministerio. En otras palabras, será interpelada por ocuparse de uno de los temas más complejos del país del que nadie se hacía responsable. Será interpelada por poner sobre la mesa un problema que nunca quisimos ver. Llama la atención la rapidez con la que se votó la interpelación. Sin debate y en el momento en que el Congreso reunido esperaba la presencia del ministro Valdivieso. Podemos decir que la Mesa Directiva del Congreso puso al voto la interpelación en el prime time congresal pudiendo perfectamente esperar a que hubiera menos asistentes, como acostumbra hacerlo. La ministra Zavala cometió varios errores: 1) creyó que para disminuir los accidentes contaría con el apoyo del resto de las entidades estatales involucradas. Esto no sucedió y más bien logró que los interesados tuvieran en ella al chivo expiatorio que necesitaban; 2) creyó que el APRA la apoyaba y olvidó que más de uno podría estar interesado en el MTC, ministerio que maneja 3 veces más recursos que cualquier otro; 3) creyó que los transportistas tenían algún interés en mejorar las cosas, sin darse cuenta de que lo único que les importa es su bolsillo.La ministra deberá demostrar el jueves que su sector ha trabajado solo y que a pesar de ello ha hecho una labor importante en la reducción de accidentes en las carreteras nacionales, que le competen. Pero aunque demuestre que la gran mayoría de accidentes se producen en las ciudades, siendo Lima la que se lleva las palmas, y que allí hay otro responsable, por ser la única que se ha ocupado del tema deberá también presentar una estrategia futura para seguir reduciendo accidentes que involucre a todos: MTC, alcaldes, Policía, Poder Judicial, transportistas, Congreso, etc. En un país donde nadie le cree a nadie es importante la participación de la Defensoría del Pueblo -que viene informando de estos temas desde el 2006-, que deberá señalar cómo están las cosas hoy y ser veedor a futuro. Culpar a la ministra por un problema de todos es la salida más fácil para volver a la normalidad, incrementándose los buses-camión, choferes sin brevete, ómnibus sin luces y sin frenos, choferes sin descanso, etc. La cruzada tiene que ser nacional y en ella deberíamos participar todos. Nadie puede evitar los accidentes, pero todos podemos ayudar a reducirlos. En esa responsabilidad compartida es más fácil interpelar a una ministra que ocuparnos de solucionar el problema,señala Cecilia Blume.