El sistema eléctrico funciona como un equipo de fútbol. Los mejores jugadores están batiéndose en la cancha y los suplentes, aquellos con menos cualidades, están en la banca dispuestos a ingresar si algún titular se lesiona o se agota. Y si no llegan a jugar, igual reciben un sueldo por calentar la banca.En la generación eléctrica, si bien hay plantas que atienden las necesidades inmediatas de los consumidores, existen otras que no funcionan (llamadas de reserva) y que pese a ello cobran un dinero por estar disponibles --por estar en la banca-- y dispuestas a funcionar en el momento en que el entrenador --en este caso el Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES)-- así lo disponga.Actualmente, las plantas de generación principal (las más eficientes en costos) no pueden trabajar a su máxima capacidad pues han sido golpeadas por una sequía (las hidroeléctricas) y por una falta de gas natural (las térmicas), lo que ha provocado que ingresen a producir todos los equipos de reserva, dejando la banca vacía. En ese sentido, si alguna de las plantas que hoy operan sufre una lesión no hay quien la reemplace y eso explica los apagones recientes en la capital.