Un error lo comete cualquiera, reza el dicho, pero el que cometió el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) al imponer al ex presidente Alberto Fujimori un régimen carcelario que no le correspondía en el año 2007 provocó meses después un torbellino de sospechas que fácilmente pudieron evitarse.El embrollo surgió tras la llegada al país de Fujimori, procedente de Chile, al ser incluido por el Inpe dentro de un régimen cerrado especial, al suponer que había sido extraditado por el delito de asociación ilícita para delinquir. Sin embargo, en junio de este año, y tras una solicitud de la defensa legal de Fujimori, el Inpe se percató del error y flexibilizó su régimen a cerrado ordinario. Todo ello fue explicado ayer por el premier Jorge del Castillo en CPN Radio.(Edición sábado).