EL NEGOCIO DEL ORO MATÓ A HUEPETUHE
6 de agosto de 2008

Huepetuhe, Madre de Dios. Aquí la selva se muere de a pocos, carcomida por la contaminación de los explotadores de las minas de oro. Mientras el metal precioso es exportado al mercado norteamericano y engalana las orejas, cuellos y muñecas de la gente adinerada, aquí la extracción aurífera ha devastado irreversiblemente la naturaleza. El distrito de Huepetuhe, en la provincia de Manú, región Madre de Dios, es considerada la zona del oro por excelencia. A diez horas de Puerto Maldonado, Huepetuhe recibe la llegada diaria de equipos pesados como cargadores frontales, volquetes y retroexcavadoras para dedicarse a la extracción. En la zona de Huepetuhe de 304 concesiones por lo menos 100 trabajan en la informalidad total. Muchos invaden terrenos que no les corresponden o son "invitados" por empresarios formales a trabajar en sus terrenos a cambio de un porcentaje del oro extraído. Cada año decenas de niños, hombres y mujeres llegan de Cusco, Puno y Apurímac, principalmente, llegan hasta esta zona para trabajar en campamentos persuadidos por inescrupulosos mineros.