Dentro de 48 horas, la atención de Sechura y de toda Piura estará puesta en el auditorio de Petro-Perú, en Lima, donde se conocerá si al fin los gigantescos fosfatos de Bayóvar empezarán a ser explotados.Cuatro empresas podrán concursar: dos brasileñas, una estadounidense y otra inglesa. Se espera que al menos dos de ellas presenten su oferta. Si eso no se produce, la desazón que se generará en la Comunidad Campesina de Sechura podría ser tan grande que imposibilite un nuevo intento de concesión. De hecho, las dos postergaciones de la subasta que se hicieron el año pasado generaron desconfianza entre los comuneros (que son los dueños de las tierras que contienen los fosfatos), la cual se acrecienta con el trabajo de desprestigio que realiza un grupo de ONG opuestas a todo tipo de inversión minera en el país.El riesgo que una inversión de 300 millones de dólares en los primeros cuatro años y que traería la creación de unos 5.000 puestos de trabajos (entre directos e indirectos) corra el peligro de retrasarse o perderse está latente, afirma un expectante Dante Paiva, presidente de la Comunidad Campesina de Sechura.(Edición domingo).
- [El Comercio,Pág. B 3] /