Argentina autorizó ayer el primer aumento de tarifas eléctricas en siete años, en una medida que busca contener el fuerte gasto en subsidios del Estado pero que podría acelerar la ya alta inflación que provoca malhumor en la población. El aumento, de hasta el 30 por ciento, beneficiará a las empresas energéticas Edenor, Edesur y Edelap, que distribuyen energía en la ciudad de Buenos Aires y el cordón urbano que la rodea, y a la transportadora de alta tensión Transener . El ministro de Planificación, Julio de Vido, dijo en conferencia de prensa que los aumentos comenzarán a regir con el consumo de julio. Aseguró que permitirán generar recursos para nuevas inversiones y que evitarán que el Estado deba volver a elevar los desembolsos en subsidios.