AGENDA Y MESA DIRECTIVA BAJO MÁXIMA ALERTA
30 de julio de 2008

La híbrida y amañada composición de votos que hizo posible la elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso despierta grandes dudas y demanda un estado de máxima vigilancia, pues lo que finalmente está en juego es no solo el ya desgastado prestigio del Parlamento, sino también la gobernabilidad y la institucionalidad democrática..Efectivamente, puede decirse que el nuevo presidente del Parlamento, Javier Velásquez Quesquén, le debe el puesto no solo al monolítico voto de su bancada sino sobre todo a sus eventuales aliados, a conocidos tránsfugas y al bloque fujimorista.Cabe preguntarse si el oficialismo e incluso el Ejecutivo han hecho algún pacto bajo la mesa para lograr el íntegro de los votos de una bancada como la Alianza Fujimorista que, muchas veces, supedita su tarea legislativa a la suerte judicial de su líder.La ciudadanía debe permanecer alerta y exigir que se debata una serie de reformas constitucionales y leyes cruciales. Los congresistas han sido elegidos para legislar según el interés nacional y no por intereses partidarios o personales. Por ello, solo una agenda parlamentaria coherente y transparente será la única forma de negar cualquier hipoteca a favor del fujimorismo o de los tránsfugas.