En un contexto de continuo incremento de los precios internacionales de los alimentos y de insumos como el petróleo, mantener bajo control las expectativas inflacionarias se ha convertido en la prioridad de corto plazo del Gobierno peruano. Así lo demuestra el apoyo brindado por el presidente Alan García a las medidas tomadas la semana pasada por el Banco Central de Reserva (BCR), que por cuarta vez en lo que va del año elevó la tasa de interés de referencia de la política monetaria. En esta ocasión de 5.75 % a 6%, al tiempo que aumentó los requerimientos de encaje en moneda nacional y extranjera.La preocupación del Mandatario y del instituto emisor es comprensible pues todavía está fresca en la memoria colectiva la hiperinflación de la década del 80 y aunque hoy todo es distinto, empezando por la política macroeconómica, la estabilidad no es solo un asunto de asegurarse de que los indicadores mantengan una tendencia de largo plazo, sino que también se trata de un estado mental en el que las percepciones juegan un papel clave. Y el estado de ánimo no es de los mejores.El Índice de Confianza del Consumidor de Apoyo (Indicca), publicado el 23 de junio, da cuenta de que los hogares de menores ingresos, que son los más afectados por los aumentos en los precios de los alimentos, son los que presentaron el mayor deterioro en su nivel de confianza y que, en el último año, el componente de precios en el NSE E ha disminuido 28 puntos. Además, el deterioro más pronunciado se presenta en el componente futuro, lo que reflejaría mayores expectativas inflacionarias.Se requiere entonces continuar trabajando en contener dichas expectativas y en esta tarea será fundamental la participación del nuevo ministro de Economía, Luis Valdivieso, de cuya gestión se espera un mejor afinamiento del gasto público y una mayor coordinación de la política fiscal con la política monetaria del BCR. Asimismo, será necesario que evite la tentación y las presiones de aplicar medidas "ochenteras" como el congelamiento de precios, como lo ha hecho México, y mantener los fundamentos del programa económico, aunque ello no le genere muchas simpatías, pues debe tener claro que como titular del MEF nunca figurará entre los más populares en las encuestas.
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