En los últimos años, se ha incrementado de manera alarmante la acción delictiva de mafias organizadas que se dedican al robo de conductores eléctricos en el país, ocasionando serios inconvenientes y pérdidas económicas para los usuarios y empresas del servicio de energía eléctrica.Estas mafias que hoy actúan en todo el territorio nacional, tienen como objetivo final de su ilegal "negocio" la venta, reducción, fundición y exportación de metales no ferrosos, entre ellos el cobre y el aluminio, los cuales son robados de las redes de electricidad y telecomunicaciones. Muchos hogares, industrias, pequeñas y medianas empresas se han visto afectados por estos actos delictivos que se perpetran tanto en zonas urbanas, como en las urbano marginales y rurales, originando también un clima de inseguridad ciudadana.En muchos casos, el desabastecimiento de energía provocado por estas organizaciones delictivas llega a afectar incluso a usuarios que son considerados "cargas esenciales", como son hospitales, centros de salud, clínicas, delegaciones policiales y estaciones de bomberos, poniendo en riesgo la seguridad y la vida de muchas personas.