Parece ya un hecho casi consumado que a mediados de mes Lucho Valdivieso le tomará la posta a Lucho Carranza en el Ministerio de Economía y Finanzas. Hay que felicitar a ambos: a Lucho C. por una magnífica trayectoria y a Lucho V. por aceptar un reto que sin duda superará con éxito. lamémoslos C. y V. ¿Quiénes son C. y V.? Ambos tienen doctorados en Economía de buenas universidades en Estados Unidos: C. de Minnesota, donde trabajó bajo Edward Prescott, reciente premio Nobel de Economía, y V. de la Universidad de Boston, en la cual el padre intelectual de la facultad de Economía fue el gran Paul Rosenstein-Rodan, a quien tuve el privilegio de tener como amigo. (No quiero insultar a nadie, pero tuve la suerte de ir becado a la Universidad de Princeton, en la cual los gurús económicos que trataron infructuosamente de enseñarme algo de Economía fueron Jacob Viner, Fritz Machlup, Oskar Morgenstern y William Baumol, todos ellos cumbres de la ciencia económica mucho antes de que se crearan los premios Nobel de Economía). Tanto C. y V. son hijos de la clase media: C. de un coronel del Ejército quien transitó por las provincias del Perú, y V. del famoso arquero de Alianza Lima Juan “El Mago” Valdivieso. Además, V. es hermano de Rosa Valdivieso, economista del BCR en mis épocas como gerente en esos pasadizos. Tanto C. como V. tienen experiencia internacional, C. en el Banco BBVA y V. muchos años en el Fondo Monetario Internacional promoviendo difíciles reformas económicas en Rusia y Asia. Lucho Carranza deja una economía con creciente prosperidad y crecimiento -pienso que 9% este año-, una deuda pública que disminuye cada año y un gobierno con mayor credibilidad económica que cualquier otro en América Latina. Siempre hay algunos problemas inmediatos y otros de largo plazo: en los próximos meses el gran reto es frenar la inflación, la cual es en gran parte importada, pero que sin duda tiene también presiones causadas por el aumento enorme de la demanda interna. En el mediano plazo hay otros retos financieros: el hecho de que la recaudación tributaria está más o menos estancada en 15.6% del Producto desde 2006, a pesar del auge de las exportaciones; otro reto es la distribución de los recursos fiscales: algunas regiones y municipalidades con ingentes recursos sentados en el banco, pero con pocas obras para poner en vitrina, mientras que otros se topan con escasez y penuria. Nadie puede resolver estos temas en dos años. C. ha iniciado importantes reformas en la reducción de la informalidad laboral y el manejo de la deuda pública. Se puede ir orgulloso de la labor realizada. Aparte de lo ya mencionado, el gran reto que enfrenta no sólo el nuevo ministro sino todo el gobierno es cómo promover una mayor presencia de obras públicas en las zonas más pobres del país, la Sierra y la Amazonía. No creo que este tipo de gasto público tenga consecuencias inflacionarias importantes, pues se trata de gastos relativamente pequeños que tendrían beneficios proporcionalmente muy importantes para zonas y comunidades muy pobres. Además, la mayor parte de los recursos necesarios ya existen y están durmiendo y roncando tranquilos en los bancos en Lima. ¿De qué estamos hablando? Número uno y más importante: rehabilitación, mantenimiento y pavimentación de pistas y carreteras, las cuales, a pesar de crecientes esfuerzos, siguen en mal estado (nos ocuparemos del caso de Áncash en nuestro próximo editorial, pero preocupa el estado casi calamitoso de la parte alta de la subida al Callejón de Huaylas desde Pativilca: esta obra ya está contratada, pero por motivos que se desconocen el contratista internacional no evidencia ninguna actividad, salvo tapar unos cuantos huecos). Segundo: mejorar y ampliar aún más los esfuerzos ya en marcha en electrificación rural. Tercero: trabajar más, mucho más, en la implementación a nivel de pueblos y pequeñas ciudades de sistemas de agua y alcantarillado, más tratamiento de aguas servidas que van directamente a los ríos como el Santa, el Vilcanota y muchos otros más. Hay más tareas prioritarias, pero con esta agenda de tres ya habría mucho progreso. V., el nuevo ministro, tiene muñeca y podrá manejar bien los conflictos entre los incesantes pedidos de gasto y la necesidad de evitar la inflación y la indisciplina monetaria. El Banco Central de Reserva lo apoyará sin duda alguna. Es un muy buen nombramiento. Le deseamos todo éxito, señala Pedro Pablo Kuczynski.