Inexplicablemente y lejos de atender la denuncia hecha por las comunidades de las zonas altoandinas del distrito de Cojata, provincia de Huancané, en Puno, sobre la presencia de mineros informales de Bolivia en esta parte del territorio peruano, sus autoridades locales y distritales estarían manteniendo un cuestionable silencio, pese a que desde enero de este año se ha venido advirtiendo de esta situación, cuya gravedad radica en la violación de nuestra soberanía territorial.