Si tiene auto, es muy probable que la idea de cambiar de combustible ronde por su cabeza, más ahora que las noticias sobre la crisis del precio del petróleo empujan a los países a desarrollar alternativas para reducir su dependencia de los hidrocarburos. ¿Qué opciones tiene a su alcance para contribuir con ese cometido y, de paso, disminuir sus gastos personales en combustible? La respuesta en Lima tiene dos alternativas: la conexión domiciliaria de gas natural (por ahora en algunos distritos de la capital) y la conversión del carro de sus amores para que funcione también con gas natural vehicular o GNV.Masificar estas dos formas de consumo del gas natural es precisamente una prioridad para el Gobierno. El Ministerio de Energía y Minas (Minem) prevé que es posible llegar al 2011 con una matriz energética compuesta por tres fuentes: gas natural, energías renovables y petróleo. En el largo plazo, más allá del 2020, la meta se centra en las energías renovables. "Debemos apostar por una matriz energética lo más diversificada posible. Sería un error pensar solo en gas natural", comentó el viceministro de Energía, Pedro Gamio.Jorge Juárez, gerente general de la Cámara Peruana de Gas Natural Vehicular, señala que desde el 2006 y hasta abril último suman más de 34.000 las unidades livianas, taxis principalmente, que circulan en la capital con GNV y hay 112 talleres de conversión autorizados por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (y ocho expedientes en evaluación), además de 34 gasocentros de GNV en Lima. "El ritmo de crecimiento de este mercado es acelerado, principalmente en Lima, y de seguir así, este año podríamos llegar a tener de 50.000 a 60.000 unidades convertidas. Y de mantenerse esa tendencia, en el 2010 habría 150.000 vehículos con ese combustible", refirió Jorge Juárez.