Si el lunes el Gobierno usó como armas algunas bombas lacrimógenas, ayer usó la psicología (o "los psicosociales", según dijo algún dirigente de los huelguistas). Desde un helicóptero que sobrevoló Moquegua cayeron miles de papelitos con lecciones cortas de civilidad y de derecho penal. "Valor: la libertad. Cárcel para los que secuestren a la policía...", decía uno. Los textos variaban: "Valor: respeto a los demás. Todas las personas merecen respeto a sus derechos...", "Valor: madre. Madre moqueguana, cuida a tus hijos...", "Valor: el trabajo. Solo con trabajo saldrás de la pobreza...", "Valor: la paz. La violencia genera más violencia...". Pero en realidad eso no hizo sino aumentar la tensión que vive la población ante los constantes rumores sobre la concentración de miles de policías en la base aérea La Joya (en Arequipa), y por los confusos incidentes producidos la madrugada de ayer en el puente Montalvo, donde miles de pobladores se concentraron después de la medianoche, ante el llamado de una radio local que alertaba sobre un supuesto desalojo policial. Lo que ocurrió en realidad es que los manifestantes que custodiaban el bloqueado puente estaban haciendo estallar bombardas. No había en la zona un solo policía a esa hora.