En medio del bosque seco, en una zona casi inaccesible y luego de largos kilómetros de caminata, efectivos de la policía hallaron una refinería clandestina donde, en forma artesanal, inescrupulosos procesaban petróleo crudo que habían robado de diferentes empresas que operan en el noroeste de Talara. Aunque no hubo detenidos, se decomisó gran cantidad de petróleo y nafta.La intervención se realizó en el caserío Piedritas, a unos diez kilómetros al norte de Talara. Esta se decidió tras recibir la advertencia del funcionamiento de un lugar clandestino donde se procesaba petróleo crudo. Los efectivos de la comisaría de Talara caminaron en medio del bosque seco hasta ubicar el lugar donde todavía humeaba la cocina de carbón y el petróleo estaba en ebullición. El área estaba maltratada y contaminada por la ilícita actividad. Además se notaba claramente la tala de algarrobos y otras especies características del bosque seco.