Tan solo bastó que el candidato a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama, anunciara ante sus electores su deseo de aplicar un impuesto a la sobreganancia de las petroleras, para que aquí el tema volviera a discusión. Y es que si bien, en nuestro país algunos grupos políticos exigen la aplicación de este tributo a las empresas mineras, el gobierno ha dicho no, pese a que la constante alza en el precio de los metales y el espléndido futuro que le avizora al sector hidrocarburífero (posible alza del precio del barril de crudo hasta US$ 200) lo propicia. Pero, ¡qué tan factible puede ser ello? Desde el partido de gobierno de gobierno, el congresista José Carrasco Távara, sostiene que la actual coyuntura permite obtener mejores ganancias al país por la explotación de sus recursos naturales. Según afirma, el precio pactado por concepto de regalía minera (contraprestación económica que los titulares de las concesiones deben pagar al Estado) no obedece a lo que actualmente se obtiene por la extracción de este recurso natural. "Para obtener mayor ganancia, este gobierno, enfocó la sobreganancia como un aporte voluntario que es insignificante frente a las utilidades que estas empresas reciben.Por ese lado se pueden obtener mayores recursos", dijo Carrasco. (Edición sábado).