Frente a la propuesta del nacionalismo de convocar un referéndum para el retorno a la Constitución de 1979, el presidente Alan García tuvo ayer una respuesta que puede entenderse como el término de una aspiración aprista, una promesa que quedará en el recuerdo de la campaña electoral. En Palacio, el mandatario dijo que ese tema no es "prioritario" porque en sus recientes visitas al interior del país, en ninguna parte encontró siquiera un poblador o autoridad que exigiera el cambio de la actual Carta Magna.García aclaró que se trata de una opinión, personal, y que el asunto del retorno a la Carta firmada por Víctor Raúl Haya de la Torre no lo decidirá él porque no es "el dueño del país". Sin embargo, su posición es clara: según su perspectiva, el pueblo peruano está "interesado en otras cosas" y no tiene el tema constitucional como prioridad, sino más bien el empleo, la mejora de ingresos y el acceso a los servicios básicos. "Yo haría una invocación a la serenidad. No traslademos nuestros apetitos ni nuestros conflictos de grupo, ni personales, a la escena nacional porque hace daño. Confianza y serenidad es lo que necesita el país en este momento", remarcó García, quien parece ver ahora a su compromiso electoral como un factor que podría alterar el buen camino por el que transita el país.