El Ministerio del Medio Ambiente fue oficializado en el contexto de un evento internacional y con el juramento de su primer titular, Antonio Brack Egg. Contó con la presencia de la canciller alemana Angela Merkel, nada menos. Pero pasado el entusiasmo inicial, el apoyo que el Estado debía brindar a una institución que en teoría ponía al Perú a la par de los países que protegen el medio ambiente no muestra avances.En primer lugar, el Congreso pretende derogar el decreto legislativo que creó el ministerio, que fue promulgado por el Ejecutivo al amparo de las facultades otorgadas para implementar el TLC con Estados Unidos. Los parlamentarios quieren debatir una nueva iniciativa y crear su propia versión del flamante ministerio. Mientras tanto y quizás debido a la incertidumbre generada, el reglamento del decreto legislativo sigue sin ser publicado, lo que, en la práctica, significa que el ministro Brack no puede ponerse a trabajar. Por si esto no fuese suficiente, el personal está instalado en el local del Consejo Nacional del Ambiente (Conam), a la espera de la licencia municipal que le permita ocupar unas oficinas en San Isidro y que no se sabe por qué demora tanto en ser aprobada. Así las cosas, la atención de las autoridades se ha desviado, como siempre ocurre, hacia temas coyunturales y los líderes de opinión, como suele suceder, buscan mejores oportunidades para ganar notoriedad.