Ya se sienten las consecuencias de la huelga general indefinida decretada por varios gremios moqueguanos afiliados al Frente de Defensa de los Intereses Populares (Fedip). Por ejemplo, numerosos restaurantes agotaron sus provisiones y dejarán de atender en las próximas horas. Otros afectados son los pasajeros que viajan a Tacna, Arequipa o Puno, quienes, luego de caminar por lo menos 14 kilómetros, tienen que hacer transbordos y pagar precios elevados a pesar de que lo hacen en ómnibus de la misma empresa con la que iniciaron los viajes.Mientras eso ocurre al sur del país, en Lima los alcaldes de las provincias de General Sánchez Cerro y Mariscal Nieto, además de 13 alcaldes distritales iniciaron ayer una huelga de hambre indefinida en la sede del Club Departamental Moquegua.Los moqueguanos reclaman la redistribución del canon minero para el 2008, para que les sean transferidos S/.469 millones por la explotación de la mina Cuajone, y no los S/.189 millones que estima el Ministerio de Energía y Minas.