En una oficina provisional de tres por seis, en el local del Consejo Nacional del Ambiente (Conam), Antonio Brack, el nuevo ministro del Ambiente, trabaja con lo mínimo y ad honórem, como el resto de su equipo. A la espera de que el Congreso le apruebe su presupuesto de S/.13 millones, Brack no pierde el tiempo. Tiene pendiente armar todo un nuevo ministerio y, como parte de ello, deberá inmiscuirse en temas que pueden colisionar con intereses particulares. En esta entrevista no rehuyó hablar de uno de ellos: los transgénicos y el tratamiento que deben recibir por parte del Gobierno Peruano.¿Existirá una oficina que se encargue del tema de la biodiversidad?Este es un tema muy importante dentro del ministerio y del país. Acaba de darse una evento de las Naciones Unidas, en Bonn (Alemania), donde el Perú ha mantenido una oposición sobre un tema (el crear una legislación internacional vinculante que fije responsabilidades a los que causen daños por el manejo de transgénicos) que necesita ser consensuada por nosotros y otras instancias del Gobierno. Sobre esa posición del Perú, hubo mucha polémica sobre la presencia de Alex Grobman, representante del Minag, debido a que fue quien sustentó la posición en contra de la legislación internacional.Eso lo tendrá que responder el Ministerio de Agricultura. Nosotros no hemos mandado a algún representante porque recién nos hemos formado, pero para la próxima vez lo habrá. La idea es que el Perú desarrolle un consenso sobre los temas de bioseguridad y transgénicos. Para eso, tenemos que ver todo nuestro potencial genético. El problema es que en estos temas se mueven muchos intereses e ideas distintas.