Hace algunas semanas, para calmar el nerviosismo por la escalada de precios, el ministro de Economía, Luis Carranza, aseguró que si la inflación se salía de control no tendría problemas en encauzarla a través de la reducción del gasto público y el consiguiente incremento del superávit fiscal por encima del 2% del PBI estimado para este año (poco más de US$2.400 millones). A menor gasto, menor demanda y presión sobre los precios.Sin embargo, tras conocerse --con las cifras de abril-- que la inflación no se le escaparía de las manos al BCR (el responsable oficial de mantenerla bajo control), Carranza no solo ha confirmado que el superávit del 2008 se quedará en 2%, sino que ha adelantado que se irá reduciendo, producto de un incremento en el gasto público en lo que queda del mandato de Alan García. Y es que, a su juicio, hay mucho por hacer por parte del Estado.Así, el ministro ha indicado que para el próximo año el superávit será 1,5% del PBI y en los siguientes dos años se reducirá a solo 1%.