El alza actual de los precios de los alimentos viene generando que en todas partes del mundo se implementen diversas medidas. Entre los factores que han impulsado los precios de los alimentos a niveles récord están la mayor demanda mundial, la expansión de la industria de los biocombustibles y quizás, en gran parte, una cuestionable especulación.Para mitigar el efecto del alza de precios, según un informe del Banco Mundial (BM), que involucra a 58 países, cerca del 42% de ellos han optado por reducir los impuestos a los alimentos, mientras que la segunda medida, mayormente utilizada, viene siendo el control de precios y subsidios al consumidor. El 24% de los países del estudio han optado por incrementar sus stocks de granos, y un 20% ha implementado restricciones a sus exportaciones. En la región, tanto Bolivia como Argentina han optado por esta última medida, que podría complicar más la escasez mundial de alimentos, según el BM. En el país altiplánico recientemente se decretó la prohibición de exportación de carne de pollo y de la harina de maíz, mientras en Argentina se incrementaron los impuestos a la exportación de soya.Un camino distinto es el que han tomado Perú y México. En nuestro país hace poco se optó por reducir aranceles a diversos productos alimenticios, medida que en su momento fue cuestionada, pero que ahora viene siendo implementada en otras partes del mundo. México, por ejemplo, declaró la eliminación de aranceles a la importación de arroz, maíz, trigo y sorgo. Incluso Brasil, en tanto se evalúan medidas para estimular más la producción de alimentos.La crisis de alimentos parece tomar un matiz más oscuro y ha llevado al BID y al BM a anunciar ayuda financiera para contrarrestar el impacto en los sectores más pobres, los que son los que destinan una mayor proporción de sus ingresos a la compra de alimentos. En unos días se llevará a cabo una cumbre mundial de alimentos en Roma, y en la que propondría un plan mundial de acción que podría estar haciendo falta para poder enfrentar una situación que, como se advierte, durará muchos años más. En ese periodo, nuevas medidas para mitigar su efecto en los pobres se harían necesarias.