A partir del escándalo del Banco de Materiales (Banmat), se ha reavivado un interesante debate sobre las empresas del Estado. El primer punto salta a la vista: ¿Es necesario mantener a casi 40 empresas en manos del Estado? Creemos que no. La función del Estado no es administrar empresas, lo que hace mal. Y es más, cuando así sucede, se crea focos de corrupción. El reciente escándalo del Banmat ha servido también para analizar a fondo las medidas correctivas para deslindar responsabilidades y sancionar graves irregularidades en esta entidad pública y el sistema en general. También, para evaluar las medidas necesarias que deben tomarse a nivel estructural para evitar que se repitan escándalos de corrupción como este.Efectivamente, es insoslayable la responsabilidad que debe asumir en el problema el llamado Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe), holding que agrupa y controla la totalidad de las empresas públicas. Por lo mismo, la solución pasa necesariamente por modificar esta entidad y tomar decisiones radicales en cuanto a la gestión empresarial del Estado.¿Qué hacer? Uno de los aspectos más problemáticos es la carencia o laxitud de los mecanismos de control. A diferencia de las empresas privadas del mismo nivel, cuyas acciones se negocian en bolsa, de modo que todos los accionistas las pueden supervisar, nadie sabe cómo funcionan las empresas del Fonafe ni qué se hace con el dinero de todos los peruanos.(Edición domingo).