BIOCOMBUSTIBLES: LA ESPERA CONTINÚA
22 de mayo de 2008

En la década del sesenta, el grupo colombiano Manuelita enviaba a sus ingenieros al Perú para que aprendieran de la experiencia y tecnología de punta de las azucareras norteñas. Casi treinta años después de esa experiencia, la empresa aterrizó en Trujillo para hacerse de las acciones de la azucarera Laredo. Henry Eder, presidente del directorio de la compañía colombiana, revela que encontró un gran atraso tecnológico, con el uso de variedades de caña de azúcar desfasadas. Por eso --relató durante su ponencia en la II Cumbre Empresarial ALC-UE-- decidió retomar el camino pasado y llevar a Laredo a la modernidad. Hoy están focalizados en su ingreso al negocio agroexportador, en tanto que la producción de biocombustibles aún es un proyecto en reposo, a la espera de una política tributaria del Gobierno.¿Está en los planes de Manuelita ingresar al negocio de los biocombustibles en el Perú?Aún no hemos tomado la decisión final, porque falta que el Gobierno termine de definir su política al respecto. Estamos pendientes de las decisiones que se tomen. Sí nos interesa, pues estamos en la producción de etanol y biodiésel en Colombia. Sin embargo, también lo haremos acá si la política del Gobierno Peruano resulta atractiva.