Resulta contradictorio que sea el propio Poder Ejecutivo el que incumpla los plazos de adecuación a la nueva Ley Orgánica del Poder Ejecutivo (LOPE), según las recetas del presidente García en su análisis del perro del hortelano. ¿De qué valen tantos discursos a favor de la celeridad en la reforma del Estado cuando los despachos de Justicia, Economía, Relaciones Exteriores, Defensa e Interior entrampan con sus omisiones y desidia el proceso de modernización y descentralización estatal en curso?Ocurre que con la aprobación de la LOPE en el Congreso quedaron establecidos principios y normas para la nueva organización, competencias y funciones del Gobierno. El paso siguiente era que los ministerios ajustaran sus normas internas a ese gran marco legal para que el Parlamento las debata y apruebe. Sin embargo, hace casi un mes venció el plazo para ello sin que ninguno de los portafolios cumpliera esta exigencia básica.El caso más grave es el del sector Justicia, que aparece entre los incumplidos pese a que teóricamente es el asesor jurídico del Ejecutivo. Ni hablar del ministro de Defensa, quien con una interrogante burlona alegó a nuestro Diario: "¿Va a pasar algo si no hemos cumplido el plazo?".Ántero Flores-Aráoz tendrá que entender que la tardanza sí tiene consecuencias: da una señal de falta de interés, con el agravante de que son justamente los ministerios, entidades emblemáticas del Ejecutivo, los que deben dar el ejemplo de modernización y deseos de avanzar raudamente en la consecución de la reforma del Estado.