A las siete de la mañana de ayer nos recibió el canciller José Antonio García Belaunde en la oficina que le han habilitado en el Museo de la Nación, antes de iniciar un largo día de actividades que fue el corolario de una intensa semana de actividades, a propósito de la V Cumbre ALC-UE. ¿Cuál es su primer balance?Muy satisfactorio, por varias razones. El nivel de concurrencia, un gran número de jefes de Estado y cancilleres, el clima en que se desenvolvió, que más allá de algunas declaraciones fue muy positivo, y por la forma como fue preparado el trabajo, los presidentes tuvieron la libertad de hablar entre ellos sobre los grandes temas. No estuvimos sujetos a los rigores de que "no se ha acabado el proyecto de declaración". Considero que es una de las cumbres con resultados más concretos que se ha podido obtener.De los temas de fondo aprobados ¿cuál le ha traído más satisfacciones?Desde un punto de vista peruano lo que más satisfacción me ha dado es el compromiso de haber fijado una fecha para concluir las negociaciones CAN-UE y haber introducido el criterio de una gran flexibilidad en ellas para que se puedan acomodar los intereses de todos los países participantes.¿Eso cómo se traduce?Que vamos a terminar la negociación el próximo año y que vamos a usar ese concepto (flexibilidad) que tiene tantos ejemplos en el caso europeo que es la geometría variable, es decir, no vamos a tener todos el mismo acuerdo.(Edición domingo).