DIRECTORIO DE CORPAC HABRÍA SIDO UNA COFRADÍA PARA MALOS MANEJOS
2 de marzo de 2005

El soporte logístico, económico y hasta moral (¿quién no conoce de ayayeros y lambiscones?) que se brinda durante una campaña electoral muchas veces suele retribuirse cuando el candidato o el partido llega al poder.Es entonces cuando el que colaboró con la victoria pasa la factura a la administración pública. Los analistas lo llaman clientelismo. En realidad es la triste conversión del Estado en mamadera.Esta reflexión la trajo a colación ayer (palabras más, palabras menos) el presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso, Javier Velásquez Quesquén, cuando dio a conocer pormenores del informe preliminar que ha preparado en torno de diversas irregularidades en la Corporación Peruana de Aviación Comercial (Córpac) cometidas entre el 2001 y el 2004.Hechos parecidos a los que ocurren -recordó el legislador- en Petro-Perú, otra empresa del Estado que se ha convertido en festín para la chacana.Pero volvamos a Córpac. Según Velásquez, ha quedado comprobado que los miembros del directorio incurrieron en los delitos de colusión, concusión y aprovechamiento indebido del cargo por su actuación en diversas contrataciones de equipos y servicios.