URGE REFORZAR LA PROTECCIÓN DE TESTIGOS
25 de febrero de 2005

El procurador ad hoc Antonio Maldonado ha incidido en un tema trascendental para la lucha anticorrupción y la administración de justicia: la urgente necesidad de reforzar el sistema de protección de testigos, que sigue evidenciando clamorosas debilidades.Lo más grave, en este preocupante escenario, es el asesinato de varios testigos en cruciales casos de corrupción y tráfico ilícito de drogas, lo que debe ser investigado y sancionado ejemplarmente.Como bien han señalado autoridades judiciales, estos crímenes alevosos tienen la consecuencia adicional de desalentar a otros eventuales colaboradores, con lo cual se debilita todo el sistema -cada vez hay menos colaboradores eficaces- y solo gana la impunidad. Lo último, en todo esto, ha sido el asesinato de José María Aguilar 'Shushupe' y el intento criminal contra Óscar Benites, testigos clave en graves casos que involucran a Fernando Zevallos y Vladimiro Montesinos. ¿Es esto lo que queremos? Definitivamente, no. Y si existe voluntad de relanzar el sistema de colaboradores eficaces, pues tienen que tomarse acciones concretas para ello. Por ejemplo, según recomienda la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (Onudd), es imperativo crear una unidad especializada dedicada exclusivamente a la protección de los colaboradores y sus familias. Asimismo, se plantea revisar los requisitos para incluir a testigos en el sistema y también establecer un presupuesto para asegurar los pagos acordados, con fondos seguros que podrían provenir del Fedadói.El sector Justicia, al que está adscrita la Procuraduría Ad Hoc, tiene que acusar el golpe y tomar la iniciativa para reformar y reforzar el sistema de colaboración eficaz, en coordinación con el INPE y las autoridades judiciales.Como lo advertimos recientemente, está en juego no solo la obligación legal de aplicar justicia sin testigos amedrentados, sino también de proteger la vida e integridad de personas (y sus familias) que han brindado valientes y contundentes testimonios contra las mafias criminales. Ya son demasiados los testigos que han pasado a mejor vida, en horribles asesinatos, hasta ahora irresueltos. Toda una amenaza contra el Estado de derecho que de ninguna manera podemos tolerar.